Capitulo 803
Capitulo803 Ema se quedo perpleja por completo.
Inocente y pura, estas palabras realmente la describian? Las sentia mas adecuadas para describir a la abnegada madre de Alejandro, Elena. A medida que Enrique hablaba, estas palabras le sonaban cada vez mas irritantes.
—Pero ahora parece que tal vez no necesites mi proteccion—Enrique dijo con cefio fruncido. —Incluso sin mi, encontraras la manera de conseguir todo lo que deseas y te vengaras con todas tus fuerzas de las personas que odias.
Ema se estremecio, sus ojos llenos de lagrimas. — Pero esta serd la Gltima
vez. Espero que en el futuro aprendas a comportarte, que no vuelvas a involucrar a personas inocentes, y que no traigas mas problemas ni a mi, ni a la familia Hernandez. De lo contrario, no tendré mas remedio que enviarte al extranjero, lejos de las intrigas y disputas de México, en busca de paz y tranquilidad.
En cuanto escuchod que Enrique queria enviarla lejos, Ema se sinti6 horrorizaday furiosa. Estaba llena de miedo y desconsuelo.
— Qué estas insinuando, Enrique? {Ya no me quieres mas? Vas a dejarme como una mujer desechada debido a las palabras venenosas de Clara? ¢O es que tienes pensamientos oscuros sobre la mujer de Julio? {Estas enojada conmigo y estas tratando de deshacerte de mi para dar la bienvenida a alguien mas?
— jEstas hablando tonterias! — Enrique fruncié el cefo con ira, su voz ronca.
—Deja que te explique? ? i Te siente: culpable? — La espalda de Ema se enderez0, su cuello se enrojecio y ella miro fijamente a los ojos del hombre.
— Cuando Luz todavia estaba en TS, hubo rumores en el estudio de que tenfas una relacion amorosa con ella.
Incluso se decia que le proporcionaste dinero en privado y que intentabas mantenerla. {Era Luz tu amor secreto y yo solo tu segunda opcion? Estas palabras habian estado atascadas en el corazon de Ema durante muchos anos, como una espina clavada en su corazén. En este momento, liberarlas le dio alivio y satisfaccion. —Sino
fuera por la adiccion de Luz a las drogas, habria sido la esposa de la familia Hernandez. ; Cuando habria habido espacio para mi? —¢Ya has terminado? —el hombre pregunto con voz helada, con una vena pulsando en su sien.
—Si te gustaba tanto Luz y estabas dispuesto a protegerla, {por qué no te apresuraste a ayudarla cuando tuvo ese vergonzoso accidente en el escenario durante el festival? ;Por qué no la tomaste como tu esposa’ — Ema continu furiosa. —Porque tenias miedo, temias que una mujer tan deshonrada como ella arruinara tu reputacion de presidente Hernandez. Si ni siquiera la protegiste entonces, {qué estas haciendo ahora, pretendiendo ser un muy buen hombre y redimiéndote por tus antiguos eri ores?
iEma, calmate! — Enrique rugio.
Ema se sonrio con desdén, y su mirada desprendia desprecio. —Tu hijo tiene interés en la hija de alguien mas, y ti tienes tus ojos puestos en la mujer de otro hombre. Parece que la familia \ Pérez realmente es elogiada por los hombres de tu familia.
Enrique, enfurecido y avergonzado, no pudo controlarse y le dio una fuerte bofetada.
Ema sintié que sus timpanos estaban a punto de reventar, el dolor le hizo brotar lagrimas y la rabia le rompio por completo su corazon.
El sobresalto hizo temblar los dedos de Enrique mientras los apretaba.
Fue la primera vez en su vida que habia golpeado a una mujer, Su educacion le
decia que no debia hacerlo, pero las acciones de Ema lo habian forzado a actuar de esa manera.
—No puedes golpearme asi entre sollozos —dijo Ema mientras saltaba de la cama y corria descalza hacia el [ balcon. —;Qué sentido tiene mi vida? Estaria mejor muerta. Content protected by Nôv/el(D)rama.Org.
Los ojos de Enrique se abrieron ampliamente. —jLlamen a alguien! El secretario y los guardaespaldas que esperaban fuera entraron corriendo, aterrorizados al ver que la seniora estaba a punto de saltar. La agarraron inmediatamente, uno de cada lado, como si estuvieran deteniendo a un miserable criminal.
Ema lloraba desconsoladamente, con lagrimas en su rostro, completamente desprovista de toda dignidad
—Permita que dos criadas entren y se turnen para cuidar a la sefiora.
También nosotros permaneceremos afuera las veinticuatro horas. Si algo le sucede a la sefora, seran responsables —ordend Enrique con una expresion sombria.