Capítulo 47
Capítulo 47
Capitulo 47
Yana trató de convencer a Gregory también:
–Si, a la señorita Gingham también le gustas mucho.
-Greg, yo también puedo ser amable contigo -Roselle se inclinó y le miró con dulzura. Sin embargo, él le dirigió una mirada fria antes de negar con la cabeza:
—No, no será lo mismo.
–¿Cuál es la diferencia?
Stefania no podia entenderlo. Sin embargo, Gregory agarró la mano de Stefania con su regordeta mano y sacudió la cabeza antes de decir con determinación en su adorable rostro:
-Es diferente. La señorita bonita es la mejor persona para mí. Abuela, ¿por qué no puedo tenerla? ¿Por favor? Ella es insustituible.
Las palabras del niño travieso eran demasiado genuinas, lo que hizo que la expresión de Roselle se tensara de inmediato, mientras que Yana sonreía a pesar de apretar los dientes de rabia. «¿Cómo se atreve este mocoso a actuar con tanta arrogancia? ¡Pronto me vas a conocer!», pensó.
Al no poder soportar las payasadas de Gregory, Stefania no tuvo más remedio que acceder a su petición: Content © copyrighted by NôvelDrama.Org.
-De acuerdo, de acuerdo. Puedes estar con quien quieras y yo me iré con mi amiga, ¿de acuerdo?
-¡Sí! ¡Eres la mejor, abuela! -se contentó de inmediato.
Después de ver que Gregory estaba bien, Nicholas dijo en voz baja:
-Mamá, iré a buscar la ropa de Greg y volveré para acompañarlo más tarde. Después puedes volver a descansar.
Sin embargo, ella sacudió la cabeza porque seguía preocupada:
-Está bien. Deja que me quede y cuide de Greg.
-Está bien, mamá. Vuelve y descansa bien junto a papá. Yo me quedaré -se negó Nicholas.
–Muy bien, entonces.
Stefania no pudo discutir después de ver la determinación de Nicholas. Al mismo tiempo, Roselle miró a su alrededor antes de intervenir:
-Nicholas, ¿por qué no me quedo para cuidar de Greg junto a ti?
Sin embargo, le contestó sin siquiera mirarla:
-Está bien, señorita Gingham. Kieran y yo podemos arreglarnos de aquí en adelante.
La dejó sin palabras. Después de eso, Nicholas se volvió hacia Andrew y le indicó:
-Vamos, Andrew.
Luego, los dos salieron del hospital.
En el carnino de vuelta, Andrew conducía el coche con miedo mientras le temblaban las manos que sostenían el volante. Era como si le aterrorizara que Nicholas pudiera haberle malinterpretado por drogar a Gregory y despedirle después.
Nicholas había notado su ansiedad por el rabillo del ojo, asi que le dijo con indiferencia:
–Andrew, no tienes que estar nervioso. Sé que lo que ha pasado no tiene que ver contigo.
Al oir eso, Andrew casi sintió ganas de llorar. De inmediato, bajó la cabeza y dio las gracias:
–Gracias por creer en mí, señor Nicholas. Gracias. Es muy agradable saber que confía en mí.
En ese momento, las comisuras de los labios de Nicholas se curvaron un poco antes de comentar:
–Llevas años trabajando a mi lado. Sería decepcionante que sospechara de ti también.
Luego, agarró un pañuelo de papel y se lo dio a Andrew.
–Limpiate la cara. Es peligroso conducir cuando no puedes ver bien.
Andrew se conmovió mientras agarraba el papel de seda para limpiarse las lágrimas. «Después de todo, mi dedicación al maestro Nicholas no se desperdició», pensó. Cuando al fin se calmó, preguntó:
–Señorito Nicholas, ahora que nos ha descartado a mí y a la señorita Reinhart como sus sospechosos, ¿Sospecha que la señorita Gingham podría estar... detrás de esto?
Al oír eso, la mirada de Nicholas se oscureció como si se tratara de un vacío infinito antes de explicar con frialdad:
–No sospeché de la señorita Reinhart porque hay pruebas que demuestran que no fue ella y no sospecho de ti porque confío en ti, pero... No conozco bien a Roselle Gingham. Por lo que sé hasta ahora, es sospechosa, pero no tengo pruebas suficientes para demostrar que es ella.
Cuando Andrew comprendió de qué estaba hablando Nicholas, frunció el ceño y preguntó:
–Señorito Nicholas, ¿cómo piensa encontrar pruebas ya que sospecha de la señorita Gingham?
En ese momento, Nicholas entrecerró los ojos antes de responder:
–Quizá se me ocurran nuevas ideas cuando llegue a casa.