Chapter 43: XLII
Chapter 43: XLII
Capítulo cuarenta y dos
Pov Jexi
Me estoy ahogando.
Llevo horas metida en el maletero del coche con Derly desmayada en mi espalda.
El dorso de mis manos y pies arden por el constante contacto de la soga fuertemente apretada para
no soltarme, hace rato ya deje de luchar con la mordaza en la boca y solo lucho por respirar lo poco
que me queda de aire.
Mi nariz pica al verme en esta situación, pero evito llorar para no empeorar. Elián, ¿dónde estás?
Te necesito.
Fally dejo de hablarme hace horas y mi única esperanza aquí es que él venga a buscarme, ya que no
pude defenderme cuando tuve la oportunidad aún estando en casa.
Flashback
—Neftali, —sonríe con malicia —ya sabes que hacer.
Retrocedo considerablemente y pongo a Derly detrás de mí, mi vista se va al jarrón pequeño en la
estantería de la televisión y lo tomo rápido estrellándoselo en la cabeza, el señor Dornam agarra el
lado izquierdo de su rostro con pequeños cortes y aprovecho la distracción para salir de la esquina de
la casa y ser presa fácil, bloqueo el camino de Neftali poniendo el sillón entre los dos y mando a mi
madrastra a la segunda planta —Vete, encierrate en mi cuarto y no salgas de ahí —grito y ella sube
las escaleras a tropezones, el señor que tengo como padre alza la vista con rencor y sube tras mi
madrastra dejándome a mí y al mejor amigo de Quero solos —Neftali, —levantó las manos en son de
paz —no tienes porque hacer esto... Si me ayudas te prometo que le diré a Elián que no te haga nada.
Alza una ceja y hace una mueca de asco —¿crees que me importa ser aliado de ese idiota cuando me
quito lo que más quería?
—Nefta, sabes que esto de ser mates no lo elige uno, son lazos que construye la diosa luna, por lo
tanto él no eligió estar conmigo, a él le tocó estar conmigo y esa es la verdad.
—Justo por esa razón lo odio aún más, y sinceramente, no estoy dispuesto a dejarte ir con un
soplapollas que no te quiere como yo te quiero.
—¡PERO YO NO TE QUIERO A TI! Joder, ¡Entiéndelo de una buena vez psicópata de mierda!
—No me importa, te acostumbrarás a verme todos los días y a estar conmigo y algún día me llegarás
a querer —salta por encima de sillón y corro tirando todo a mi paso para que no me agarre, siento el
corazón latir a mil y sus manos logran tomar mi rostro al entrar a la cocina, me pone la droga justo en
la nariz y pataleo tratando de golpearlo, pero se me hace imposible, mis brazos ya van reaccionando
cuando no los siento y mis ojos se van cerrando poco a poco. All content © N/.ôvel/Dr/ama.Org.
Elián, ven y sálvame.
Negro.
Fin flashback
Escucho el típico sonido de la bocina de la moto y el carro se desvía en otra dirección, lento se detiene
y el motor del coche se para, el maletero es abierto y finalmente puedo respirar aire puro cuando veo
las manos de Neftali abrir un poco el maletero seguramente para darnos ventilación.
Al menos se acuerda de que lo necesitamos.
—¿A dónde vamos después de aquí señor Dornam?
—Desde aquí nos dividimos, tú tomarás tú camino con ella y yo me iré lejos con Derly.
—Entonces es en serio que va a dármela sin poner alguna resistencia.
—Soy hombre de palabra y te dije que te entregaría a mi hija, así que ahí la tienes —levanta del todo
la puerta y la tarde-noche es lo primero que veo después de horas.
Llevo los ojos a Neftali y luego al señor Dornam con miedo y examino la gasolería abandonada, me
sacudo indicándoles que Derly está en graves problemas y rápidamente me sacan en peso, el señor
que dice ser mi padre rápido la atiende sin tener mucho éxito hasta que ella logra volver un poco en sí
misma.
—Deja... Déjame —susurra apenas audible y lo veo apretar su mandíbula, se levanta con ella y la deja
en los puestos traseros del coche, cierra la puerta con pestillo y saluda a Neftali con un fuerte apretón
de manos.
—Nos vemos, —se gira y todo pasa en cámara lenta ante mis ojos.
Dos deportivos se estacionan bloqueando las salidas y de uno de ellos noto como sale él hecho una
furia, sus ojos totalmente verdes dan conmigo y el mejor amigo de Quero se monta en la moto dejando
que caiga al suelo y me estrelle la cabeza con el piso duro, Elián corre a examinarme y al verme que
estoy bien observa a Neftali quien trata de prender su motocicleta sin éxito.
Se levanta y lo primero que veo es como la sangre sale de la boca de mi raptor al Elián darle un fuerte
golpe en el estómago, lo sujeta del cuello con una mano y lo baja de la moto —Con que queriendo
llevártela lejos, eh.
Su voz hace erizar mi piel y mi corazón brinca de alegría al saber que por fin él está conmigo, que él
me busco y no me dejó sola, que me encontró.
Kayla se agacha para desatar mis manos y pies y quita la mordaza de mi boca, giro a ver al señor
Dornam quien yace en el suelo sin reaccionar a nada de lo que está pasado, pero con miedo evidente
en sus ojos.
Me levanto con su ayuda y apoyo el cuerpo entumecido en el coche de mi padre, él al verme deja caer
al piso a Neftali dejándoselo a su hermana y corre hasta mí para envolverme en un fuerte y cálido
abrazo, las lágrimas por mi parte empiezan a aparecer y aprieto su camisa negra con fuerza aspirando
su delicioso aroma —Te tardaste —seco mi cara con su suéter y sus grandes manos acarician mi
cabello con apreciación mientras reparte besos por esta.
—Ya estoy aquí, —me tranquilizo al escucharlo y mi corazón vuelve a latir fuerte con lo que acaba de
decir —luna mía.
—Elián, tenemos que irnos, Yannick me acaba de mensajear que nuestro padre nos está buscando —
Kayla llega con nosotros y posa su mano en mi espalda —me alegra que estés bien, Jex.
Asiento y me separo de él, pero mis pies no reaccionan y el chico de ojos azules me toma antes de
caer, me carga en brazos hasta su auto y me mete dentro con sumo cuidado, —ya vengo, bebé —me
coloca el cinturón y con ambas manos toma mi rostro para dejar un suave beso en mi frente, cierra la
puerta y veo todos y cada uno de sus movimientos.
¿Qué harás Elián?
Él gira como si pudiese escuchar mi pregunta y no le toma nada agarrar a los dos cuerpos de ellos
tirados en suelo, ambos patalean mientras los arrastra hasta detrás del local abandonado y desvío la
mirada a Kayla que está sacando a Derly del coche en el que viajábamos.
Mi cuerpo siente seguridad extrema y doy un largo suspiro relajando los hombros, cierro los ojos y lo
último que escucho antes de caer en una oscuridad profunda es su voz.
Te quiero.